el té
El té ¿Cómo se toma? Como uno quiera, cuando uno necesite, sin preocupaciones, como la vida.
Me acuerdo cuando era chiquita, a mi papá le encantaba el té y lo tomaba en las mañanas, me encantaba ver como lo preparaba y yo disfrutaba del olor que se repartía en la cocina.
Me casé y vivimos en Moscu, Nueva York y más tarde vivímos diez años en Inglaterra, ahí nacieron dos de mis tres hijos y ahí me volví a enamorar del té. Con los días nublados se me apachurraba el corazón, pero tomar té me reconforto siempre, me calentaba el cuerpo y el alma también.
El té negro ó como le llaman “English Breakfast” es buenísimo, se toma en las tardes, se le pone azúcar y leche, si no, no sabe igual. Y las galletitas ó “biscuits” como le dicen los ingleses, que lo acompañan, no pueden faltar.
En invierno cuando hace frio tengo mi té calientito ya listo en un termo para tomar en la casa ó si salgo esta listo para llevar en mi coche y puedo decir que mi panza y mi alma me agradecen esa calidez que siento en el cuerpo. En el verano, cuando hace calor, el té que me preparo con hielo, me hace sentir como planta recién regada, bien hidratada.
Tengo seis o siete teteras, la mayoría medianas, para preparar una taza de té enorme. Y algunas teteras mas grandes, para cuando vienen mis amigas ó mi familia a tomar té.
Guardo mis tés favoritos en una caja grande preciosa de madera que compre en Piccadilly Street en Londres, le caben bastantes tés y casi siempre los organizo igual. Los demás los guardo en la alacena de la cocina, no se si estén ansiosos de que los escoga, pero bueno, saben que su momento llegará.
En las noches casi siempre me tomo un té de lavanda con manzanilla, que ahora a mí esposo también le gusta. Lo preparo en una taza enorme, una de esas que también compre en Londres en “Whittard”, una tienda lindísima, especializada en tés. Después de preparar mi té, espero hasta que esté tibio y cambie de color, mientras me preparo para dormir. Y ya que esta listo, me lo tomo despacito, disfrutando de su olor y su sabor.
El té tiene dos cosas: agua, llena de vida y hierbas, flores o especias. Tan simple, tan bonito. El sol, el aire, el agua, la tierra todos en equipo, en sincronía perfecta, crean las maravillas, que muchas veces se nos olvida agradecer, como el sencillo té. Entonces aquí digo: Gracias té.